En cualquier etapa de tu carrera, tanto si te presentas a una entrevista de trabajo como si estás empezando un negocio o si ya eres líder de una empresa, las habilidades de negociación son imprescindibles. También son transferibles del lugar de trabajo a otros aspectos de tu vida: en el aula, donde puedes negociar con tus compañeros sobre quién se encargará de cada parte de una tarea de grupo, o en la vida cotidiana, donde puedes negociar un precio más bajo con un vendedor.
Con esto en mente, considera las siguientes habilidades para ayudarte a convertirte en un negociador poderoso donde quiera que te lleve la vida:
1. Prepárate para negociar
La preparación es el primer paso para con éxito. Haz tus deberes para entender la situación por completo. Ten una idea clara de lo que está en juego y repasa todos los escenarios posibles. Pregúntate:
- ¿Qué espero sacar de esto?
- ¿Qué estoy dispuesto a ceder?
- ¿Tengo un argumento sólido?
- ¿Son razonables mis peticiones?
- ¿Cuáles son los mejores y peores escenarios?
- ¿Cómo es probable que la otra parte responda?
2. Establece tus objetivos
Aprende exactamente lo que pides antes de iniciar la negociación. Construye tu caso y establece por qué la otra parte debería considerar tu petición. Como en las licenciaturas en linea, establecer objetivos claros de lo que buscas te ayudará a desarrollarte mejor y llegar más pronto a tus metas. Esto te ayudará a ceñirte a tus objetivos y dará credibilidad a tu posición.
3. Considera las alternativas
¿Cuál es su plan alternativo? Si llevas a cabo la negociación con éxito, es muy raro que te vaya con las manos vacías, aunque no hayas conseguido lo que pedías en un principio. Pregúntate con antelación: “¿Cuál es la mejor alternativa?” y si estás dispuesto a ofrecerla como opción. Tal vez no consigas el aumento que pediste, pero ¿estás de acuerdo en que tu jefe te asigne más responsabilidades que puedan conducir a un ascenso y un aumento en el futuro?
4. No te vendas a ti mismo
Establece siempre objetivos razonables, pero no tengas miedo de aspirar a lo mejor. Si crees que realmente te mereces algo, pídelo. A veces está bien pedir más de lo que esperas conseguir, para que tu objetivo parezca un compromiso. Pidas lo que pidas, asegúrate de que es lo que mereces.
5. Tómate tu tiempo
Para que la negociación sea fluida, no te precipites. Tómate tu tiempo y sigue estos pasos:
- Expón todos tus puntos importantes.
- Escucha a la otra parte.
- Considera todo lo que se discute.
No tengas miedo de tomarte un tiempo para evaluar tus opciones antes de llegar a un acuerdo.
6. La comunicación es la clave
Una comunicación adecuada te permite expresarte con claridad para que la otra parte entienda lo que pides, quédate dispuesta a escucha y puedas negociar razonablemente contigo. Para preparar este resultado, debes:
- Establecer la confianza para que la otra parte se sienta respetada y escuchada.
- Establecer una relación para que puedas conectar. Encontrar puntos en común para que estén más abiertos a lo que tienes que decir.
- Ser agradable.
- Mantener un lenguaje corporal profesional.
- Mantén la calma. Lo último que quieres es perder los nervios si las cosas se calientan.
7. Escucha con atención
Quieres que la otra persona se sienta escuchada. Su punto de vista es tan válido como el tuyo, así que escucha lo que tiene que decir. Quizá hayas pensado en algo que a ti no se te ha ocurrido. Tal vez, al escucharle, te replantees tu posición original y llegues a una alternativa mejor que les convenga a los dos.
8. Explora otras posibilidades
Ser flexible es a veces la única manera de salir con un resultado satisfactorio. Debes estar dispuesto a ceder cuando sea necesario. Escucha lo que la otra parte está dispuesta a ofrecer, determina si se ajusta a tus objetivos y reconoce el éxito de un compromiso bien pensado. Si tu petición original no se cumple, es mejor marcharse con la mejor alternativa, o con algo que ni siquiera habías pensado, que con nada.
